Prevé dolencias futuras
Cuida de tu salud auditiva con unos buenos tapones de oído para agua
Nuestro oído está preparado para soportar y protegerse de forma natural de ciertos elementos ajenos a él que puedan acceder a su interior. Entre ellos se encuentra una cierta cantidad de agua y de humedad.
La propia anatomía del oído, así como el cerumen y el PH que se encuentra en el interior del canal auditivo, ayudan a repeler y eliminar la suciedad y humedad.
Aún así el proceso de eliminación es lento y, a veces, los oídos no son capaces de restaurar a tiempo el ambiente propicio del conducto auditivo, abriéndose así, la posibilidad de una colonización de las bacterias ajenas a nuestra fauna microbiota auricular, o incluso a los hongos.
Las consecuencias pueden ser desde una simple molestia o incomodidad por agua que quedó adherida en el tímpano y que provocó un aumento del volumen de cera que teníamos en el interior del conducto auditivo externo (CAE) haciéndonos oír peor, hasta dolor e inflamación, signos típicos de una otitis del oído externo.
A medio y largo plazo, si no se utilizan los tapones para oídos a medida, pueden aparecer otro tipo de problemas asociación a un oído externo mal protegido y que sufrió varias mojaduras a lo largo de los años. Si estas mojaduras son, además, con agua fría, con restos de arena y microalgas, el riesgo de daño auditivo puede derivar en hipoacusia (pérdida de audición) o exostosis (crecimiento anómalo de la porción ósea del CAE).
Por todo lo anterior, y por mucho más, te aconsejamos... ¡Usar protección! ¡Comprar ya tus TOMBO, tus nuevos tapones de oído a medida!